A mis queridos compradores..

Nos acercamos a la Navidad, y más allá de todas las corridas que hacemos para no olvidarnos de ningún regalo, para cumplir con todas las despedidas rogándole a nuestro estomago que soporte un exceso más, para acomodar horarios para llegar y estar con todas las personas que queremos, es una época en la que indefectiblemente, contadores o no contadores, realizamos un “balance del año”, de las cosas buenas y de las malas, de las que nos aportaron y de las que no, de las que hicimos y de las que dejamos de hacer, porque no pudimos, porque no quisimos, o porque no nos dejaron…

Pensando en el “balance” de este año que se nos pasó volando, y más allá de la alegría por todas las cosas buenas que puedo incluir, como por ejemplo mi familia que siempre estuvo ahí, y por la cual doy las gracias, por tener la carrera casi terminada, eso que siempre vi tan lejano, por los amigos que coseche este año en el Grupo de Viaje, y por los que siempre me han venido acompañando, no puedo dejar pasar por alto, al apoyo de toda la gente que me ayudo en esta etapa tan especial de la venta de rifas, mis queridos “compradores”…

A todos ellos, que incluyen familia, amigos, compañeros de trabajo, “conocidos” y gente que ni siquiera conocía, pero que cree en la Rifa y en todo lo que ello significa, les doy un gracias enorme, de corazón, por darme la oportunidad de vivir este momento que estoy pasando, que es medio difícil de describir, pero que créanme es muy disfrutable, y por darme la oportunidad de que el año que viene haga el viaje de mi vida, cosas por las que nunca les voy a poder terminar de agradecer..